He de confesar, que al recibir el reconocimiento “Eugenio Deschamps” para el año 2011 de la Alianza Cibaeña, me sentí como el niño o la persona que admira mucho, desde lejos, a un personaje importante. De repente, recibe una carta suya o lo encuentra en un acto público o en la calle y éste se acerca, lo saluda y se detiene a conversar con él ¿Quién puede negar que es una experiencia que lo marcará, que la verá como algo maravilloso y que nunca olvidará?
-Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
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